En un trabajo articulado con los municipios, el Gobierno de San Luis lleva adelante la primera de las tres etapas del plan integral provincial para el abordaje del dengue, la de las medidas preventivas y de concientización comunitaria para reducir las condiciones de reproducción del Aedes aegypti, el mosquito transmisor de la enfermedad. En la provincia se conformó una comisión interministerial para el abordaje del tema, con un representante de cada cartera.
“En esta etapa que transitamos, de prevención, trabajamos en un primer momento en la comunicación y en identificar las localidades donde más casos hubo, para hacer hincapié en esos lugares. Se capacita a las brigadas municipales, de saneamiento ambiental, para el trabajo de reconocimiento de las zonas de riesgo y hacer el abordaje territorial, casa por casa, y hacer la eliminación de los reservorios. Es fundamental que la población tome conciencia de la importancia del descacharrado en los domicilios”, dijo este martes en conferencia de prensa Edgar Ribba, director de Epidemiología y Bioestadística del misterio de Salud.
Además del descacharrado, otras recomendaciones importantes que brindó son: mantener la casa en buenas condiciones de higiene, sin recipientes que acumulen agua por varios días, para que no se conviertan en criadero de huevos; mantener el pasto corto; evitar las piletas de lona pasen muchos días con el agua estancada, además de otras medidas individuales, como la utilización de ropa con mangas largas y el uso de repelente.
En la temporada anterior, en la provincia se registraron alrededor de 4.000 casos, de los cuales, poco más de 2.700 fueron autóctonos. El pico de casos fue en la segunda semana de abril y el primer caso autóctono se detectó en diciembre de 2023. “Es decir, el mosquito, el vector está. La primera y principal medida, la más eficaz, es eliminar los criaderos. No hay otra”, afirmó el médico Ribba. Se espera que en enero de 2025 haya un incremento de casos.
En cuanto a las medidas para el control del vector en aquellos puntos en los que hubo mayor cantidad de caso en la temporada previa, dijo que hay acciones en marcha en la ciudad de San Luis, Villa Mercedes, Quines y Merlo. “Ya se capacitó a brigadas en esos lugares y la municipalidad también trabaja en este sentido. La tarea en los municipios consta de dos partes: una teórica, con capacitación sobre el dengue, los modos de transmisión y la forma de descacharrado. Y una parte operativa, en terreno, con las técnicas correctas de fumigación, aunque sabemos que esta no es una medida de primera línea, es la última que se debe tomar, para el bloqueo y el control del foco”, aclaró.
Por otro lado, “se comenzó con una readaptación de los servicios de salud, esperando este aumento de casos que puede haber. Sabemos que va a ser importante, no sabemos cuál será la magnitud. Se reorganiza el tema de adquisición de camas, de unidades de hidratación, ya que es la principal medida de tratamiento para el paciente”, informó el funcionario.
Respecto a la vacuna, el Ministerio de Salud de la Nación adhiere a las decisiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la que la Comisión Nacional de Inmunización, que es un programa a largo plazo, escalonado, segmentado, dirigido a poblaciones específicas, detalló. “Para que Nación nos facilite la vacuna tenemos que tener 4.000 casos cada 100.000 habitantes, y no los tenemos. Ni siquiera Mendoza llega este a este número, y no va a comprar la vacuna. El Gobierno provincial, en un esfuerzo económico muy importante, porque no hay disponibilidad para adquirir dosis de vacuna, inició los procesos de compra de 10.000 dosis, que serán dirigidas a un grupo focalizado, principalmente a quienes ya tuvieron dengue, siempre que haya disponibilidad en los laboratorios”, aclaró Ribba, quien agregó que la vacuna no es la principal medida preventiva.
A diferencia del Covid, el dengue no se contagia por vía respiratoria, sino por la picadura del mosquito. El tratamiento del paciente, si éste no presenta mayores complicaciones, usualmente es ambulatorio y la principal medida es la rehidratación. No necesita estar aislado, puede compartir espacio con su familia, no hay riesgo. En caso de que el paciente presente signos de alarma sí debe internarse, y para esa eventual circunstancia se conforman unidades de hidratación, que deben contener telas mosquiteras. Para darle el alta, el paciente debe tener 48 horas sin fiebre y sin signos de alarma, refirió.
En cuanto al protocolo, no se esperan resultados de laboratorio para confirmar si la persona tiene dengue. “Hay una definición de caso sospechoso de dengue, ante la aparición de un paciente que encuadra dentro de ese caso, se desencadenan todas las acciones. Tanto en el paciente como si ya fuera un caso de dengue y el tratamiento en el foco, con la fumigación en el domicilio y en el peridomicilio, así sea sospechoso se hacen todas las medidas. Después se descarta o no por el laboratorio”, dijo.
Fuente – Agencia de Noticias San Luis.-