Con la firma de Sandra Pettovello se oficializó lo que Javier Milei había adelantado que se iba a implementar: un mecanismo de “asistencia” para la clase media destinado a pagar las cuotas escolares de los colegios privados, ante el aumento significativo de las mismas. La medida, a la que denominó “vouchers educativos”, no es otra cosa que una “beca” para financiar a las familias que ya envían a sus hijos a instituciones educativas privadas.
A través de la Resolución 61/2024, el Ejecutivo oficializó el nuevo programa que se propone “subvencionar la demanda y no la oferta” para “evitar que los alumnos deban cambiar de institución educativa debido al aumento en el costo de la matrícula o las cuotas mensuales”.
El documento, que lleva la firma de la ministra de Capital Humano, responsabiliza de la situación actual a la gestión anterior y expresa que el programa se implementa como resultado de la “situación económica heredada”, la cual “hace necesario asistir a familias cuyos hijos concurren a instituciones de educación privada que reciben aporte estatal, con la finalidad de garantizar la permanencia de los alumnos en dichas instituciones”.
En esencia, los vouchers educativos representan un subsidio directo temporario otorgado a las familias que envían a sus hijos a escuelas privadas, con al menos 75 por ciento de aporte estatal, siempre que el ingreso familiar no supere el equivalente a SIETE (7) salarios mínimos vitales y móviles.
Este “vale o beca” proporcionado por el Estado cubrirá el 50 por ciento del valor de la cuota programática de jornada simple de cada nivel educativo informada por cada Jurisdicción o, en su defecto, estimada por la SECRETARÍA DE EDUCACIÓN en función de casos testigo, explicita el documento.