Este lunes dio inicio el juicio oral contra Marina Abigail Silva, acusada del homicidio de sus dos hijos, una niña de siete años y un niño de dos, ocurrido en octubre del año pasado en la ciudad de Juana Koslay. El debate está a cargo de un Tribunal del Colegio de Jueces de la Primera Circunscripción Judicial, integrado por Adriana Lucero Alfonso (presidenta), Ariel Parrillis y Eugenia Zabala Chacur (vocales).
Durante los alegatos de apertura, la Fiscal de Juicio Nº 1, Virginia Palacios, sostuvo que los hechos fueron cometidos de manera deliberada y planificada; la querella, a cargo del abogado Esteban Bustos, adhirió a esa postura y destacó la gravedad del caso; mientras que la defensa, ejercida por Agustina Tobares, Defensora Adjunta de la Defensoría de Juicio Nº 2, pidió al Tribunal analizar las circunstancias personales y el estado emocional de la imputada al momento de los hechos.
Silva está acusada del delito de “homicidio doblemente calificado por el vínculo y por alevosía, agravado por el uso de arma de fuego, en concurso real, en perjuicio de sus hijos”.
Palacios afirmó que la acusada “diseñó y ejecutó deliberadamente un plan para quitar la vida a sus dos hijos”, entre las 5:30 y las 6:30 de la mañana del 1 de octubre de 2024, “con plena conciencia y con la intención inequívoca de ocasionarles la muerte”.
Sostuvo que Silva primero verificó el funcionamiento del arma reglamentaria, efectuó un disparo de prueba en la cama matrimonial y luego, mientras los niños dormían, les colocó una toalla y un almohadón sobre el rostro antes de realizar los disparos que les causaron la muerte inmediata.
De acuerdo con lo expuesto por la fiscal, el hecho no se trató de un impulso ni de una reacción descontrolada, sino de una acción planificada “antes, durante y después del hecho”, evidenciada en la preparación del escenario, el control del arma, la redacción de una carta de despedida y los mensajes enviados posteriormente.
El Ministerio Público Fiscal adelantó que, a lo largo del debate, presentará testimonios de los primeros funcionarios intervinientes, pericias forenses y pruebas documentales que permitirán demostrar la responsabilidad penal de la acusada por los delitos atribuidos.
El abogado Esteban Bustos coincidió con la fiscalía y sostuvo que “la imputada es la responsable directa del homicidio de sus dos propios hijos”.
Destacó la gravedad y la modalidad del hecho, al considerar que fue cometido “con premeditación y frialdad”. Además, señaló que existen víctimas colaterales: “un padre que hoy llora a su hija, otro que llora a su único hijo, y abuelos que lamentan la pérdida de sus nietos”.
Indicó que durante el juicio se acreditará, a través de la prueba recolectada, que la acusada es autora material del delito imputado, y solicitó que, en caso de condena, se le imponga la pena de prisión perpetua prevista por el Código Penal para este tipo de delitos.
Por su parte, la Defensora Adjunta Agustina Tobares, representante de Marina Silva, manifestó que no negará lo ocurrido, pero pidió al tribunal considerar las circunstancias personales en las que se encontraba su asistida.
Explicó que la mujer atravesaba una situación de violencia de género, presiones económicas, abandono familiar y amenazas por deudas, lo que habría derivado en un estado de desequilibrio emocional y colapso mental.
La defensa anticipó que buscará demostrar que, al momento del hecho, Silva tenía sus facultades mentales gravemente alteradas, lo que constituye una circunstancia extraordinaria de atenuación que debe ser tenida en cuenta al momento de evaluar su responsabilidad penal.
El debate se extenderá hasta el 21 de octubre con la recepción de la prueba testimonial, pericial y documental ofrecida por las partes. Estas evidencias permitirán al tribunal valorar los hechos y resolver, al finalizar el proceso, si corresponde condenar o absolver a la acusada